Ayer fue un día muy dedicado al teatro. De mañana fui al taller de entrenamiento con Gerardo. Es la segunda semana consecutiva que voy, y siento que empieza a generarse algo muy interesante: un grupo. Me sentí mucho más suelto que la semana anterior y lo disfrute... me disfrute. El trabajo fue sobre el centro.
Centro entendido de múltiples maneras. Primero Centro como un centro fijo en el espacio que se empalma con una parte del cuerpo y en torno al cual lo demás se mueve. Luego centro, como lograr una cierta consistencia (ligereza del cuerpo), y como relacionar tu centro con el de otros. Finalmente centro como un estado de atención. Danza tibetana. Cuidado del otro. Atención que es a-tensión: estar presto. Estar en verdadera relación, listo para la relación. Teatro es relación. en teatro se trabaja la relación.
Me gusto especialmente un ejercicio en el que trabajé con Paola y Luciana. En trios, uno hacía de marioneta, pero siempre manteniendo un cierto control de su cuerpo. Los otros dos tenían que entrar en relación con la marioneta y con el otro conductor. Relación de los tres centros. Me impresionó la diferente plasticidad de los cuerpos. Luciana era muy ligera, muy dúctil. Paola era más sólida, más compacta. Ser marioneta fue divertido. En mi caso, mi cuerpo reaccionaba sólo en veces, y en veces se trababa. Pero conectamos bien los tres, y ellas siguieron y siguieron y siguieron...
Finalmente un ejercicio de libro abierto con ritmos que estaremos trabajando mucho.
Esto fue en la Esmeralda por la mañana.
En la noche, fui a el Milagro a una reunión de la FOCRESI abriéndose al público. Me quedo con la necesidad de cambiar la relación de los creadores. Estos debieran rendir cuentas a la sociedad y no al gobierno. El gobierno debería dar mecenazgo, pero más bien buscando bridar la infraestructura y los espacios para que las compañías ejerzan. Las compañías deberían constituirse presentando una propeusta estética clara, en relación íntima con el espectador. Teatro para la gente y no para los teatreros. Y finalmente, derechos para los trabajadores pero nunca sin derechos del espectador.
Hay que pensar la forma de hacer el trabajo. Considerar no sólo presentar algo, sino la éstética y el modo de producción que tiene que haber detrás. El teatro debe dejar de mirarse el ombligo y abrirse a otras manifestaciones, y a la situación en la que está. Debe trabajar con las materialidades.
Ps. Vi a Rubén (desbarbado). Quizá vaya a San Luis con ellos julio para ayudar como asistente en el trabajo con Gerardo. =)
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